sábado, 1 de diciembre de 2012

La realidad nunca es como crees que será.

"¡Francotirador!" , son las palabras citadas que grita uno de mis héroes de la adolescencia, el detective Max Payne en el juego "Max Payne 2 The fall of Max Payne" luego de dar a luz a la frase leída en el encabezado de este pequeño escrito. 


Bella etapa adolescente donde lo más importante era acabar con mafiosos italianos (y no tan italianos) en las noches frías y lluviosas de New York.


Pero dejando esto muy de lado (ya que no es del juego en sí de lo que quiero escribir) quisiera subrayar la importancia de esta frase qué, cuando la escuché por primera vez teniendo unos 14 años, no le di la atención  necesaria, sino después de cierto tiempo donde bajo diferentes ámbitos personales de lo que lleva mi vida, me ha dejado algo muy cierto sobre esto, vuelvo y repito La realidad nunca es como crees que será

Y es aquí donde caemos en analizar esto (o por lo menos fingimos hacerlo) e intentar definir: ¿qué es la realidad?, ¿por qué darle esa aura negativa con un roce fraudulento y pesimista?, simple, por el solo hecho de que muy en la mayoría de los casos, la inexperiencia y el constante choque con errores pintados sobre murales de "no fue suficiente tu intento" y "debiste hacerle caso a tu mamá" nos llevan a pensar de que esta vida es bastante hija de puta. Aceptémoslo, al primer intento nada te sale bien, cuando haces algo que tus progenitores te recomiendan que no hagas (no en todos los casos pero sí en la mayoría) te sale el tiro por la culata; llevarle la contraria a tus padres puede ser hasta mortal, recordemos el "quien no coge consejo no llega a viejo" y es esto es real, no tiene nada de místico, ellos saben más que tú.

Pero (otra vez) dejando a lado ése tópico paternal, me siento con la obligación de señalar a las compañías y empresas que nos venden prototipos de vida por los diferentes medios de comunicación y que en realidad cuando crecemos y las encaramos, son muchas veces cuerpos totalmente diferentes a los cuáles nos inculcaron de pequeños. Si hacemos retrospectiva y recordamos cuál fue la imagen que nos dio Disney (un vago ejemplo) sobre los amigos, sobre la familia, sobre el amor y demás cosas "buenas" de la vida misma, deberíamos decir: "Verga, pero qué cabrones" ¿y saben por qué? ajá, porque les pintan solo el lado positivo, y no sabía si es una broma mórbida que les hacía cagarse de la risa cada vez que publican una nueva historia (como los de Hollywood), o como el gran genio Akira Toriyama y sus historias donde siempre se derrotaba al malo; pero es así, nos dejan la parte fea, nos dejan el lado malo para que lo aprendamos nosotros, nos dejan el "ahora te toca conocer la parte pútrida".

Como diciendo: "Todo te saldrá bien, yo te lo digo... pero el día en que te equivoques te ayudará Cantinflas" qué bastardo.


Cuando concluí esto, me enojé muchísimo con la vida plástica que nos venden, y ciertamente lo comprobaba  puesto que en muchísimas cosas me equivocaba una y otra vez en el colegio, con mis amigos, con las féminas, con mi familia, con la universidad y pensaba ¿entonces por qué siento que así me lo hicieron entender en la tv, música, películas, libros? la respuesta es que si todo fuese sencillo, nada en esta vida valdría la pena. Aunque premeditemos cómo nos saldrán las cosas, sea por planes (yo mismo caigo en esto una y otra vez) o por simple confianza de que somos unos sabrosones y luego venga ese golpe durísimo quiebra espíritu al cuál llamamos "error", podemos contar conque si eres una persona medianamente valiente, te levantarás y lo intentarás de nuevo pero quizá con una estrategia distinta, y eso... ¡eso es lo que quizá es lo que querían que entendiésemos!, "Si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo" -Albert Einstein.

La vida es bella si sabes disfrutarla, si sabes pelear en ella y la dominas, al menos eso es lo que quiero creer, me vendieron eso grandes señores que forjaron mi ideología a los cuales respeto hoy todavía, la voluntad de no rendirse, el amor por las cosas buenas; por el estudio, el trabajo, al prójimo. Hoy todavía muchos no entienden el verdadero mensaje, yo no lo entendía (quizás aún no lo entienda del todo) pero quiero creer que ese es, y querer es poder.

La frase hoy en día me sigue gustando, La realidad nunca es como crees que será, pero me he tomado la molestia de agregarle un toque personal y la dejo plasmada de esta forma: La realidad nunca es como crees que será, pero es esta misma la que nos hace mejores personas.