martes, 16 de abril de 2013

Un hombre llamado Nicolás Maduro Moros.

Antes de leer esto, entiende que es crítica directa hacia una figura pública, por lo tanto estoy en mi derecho de hablar de él como lo considere necesario (ya que es un político y no un dios) , no queriendo ofender a nadie de un partido en especial ni de alguna ideología específica, espero que leyendo esto pueda quizá sacarte alguna sonrisa, alguna reflexión y ¿por qué no? quizá una crítica coherente y constructiva (o destructiva) hacia la publicación que esta misma noche de hoy martes, 16 de Abril escribo.

Desde que derrocaron a Pérez Jiménez en Enero de 1958, en Venezuela se prometieron muchos cambios en vista del lamentable historial que traía a rastras la patria, englobando gobiernos y derrocamientos uno tras otros de forma seguida, algo se enunció en boca de muchos, y que se promulgó como la venida de un nuevo tiempo.

Un nuevo tiempo cargado de paz, democracia, descentralización, igualdad, tolerancia y participación ciudadana en la política y en la dirección del país; creo que el único tópico que no se agregó (para nuestra muy mala suerte) fue el de la preparación e inteligencia en los futuros líderes de nuestra nación. Yo no voy a hacer que leas aquí un trozo de historia venezolana, ni mucho menos darte clases de la misma, porque si eres un profesional, universitario, bachiller o simplemente te encuentras estudiando, en el sistema educativo venezolano tienen muy en claro la importancia de la enseñanza en base a la historia contemporánea de Venezuela, así que es algo que ya viste o deberías estar viendo.

 Platanote

Nicolás Maduro es uno de esos políticos, uno de esos hombres que representan el puro ventajismo y oportunismo del poder en toda su esplendor. El poquísimo, paupérrimo, casi inexistente nivel de preparación en una persona; no me refiero exactamente a los valores académicos que pueda tener o no, me refiero a esa chispa que tiene una persona competente de hacerse cargo de un puesto y quedar bien parado ante los ojos de los demás, o sea... tener los huevos y no quedar en sumo ridículo ante las posibles críticas. Esto parece ser imposible para un ser qué, cada vez que sale en cadena nacional es para ser una vil copia barata, balurda y berreta de lo que fue Hugo Chávez antes de fallecer. El señor Maduro no sabe siquiera lo que es tener sentido del ridículo, no sabe la definición de pena ajena... y por lo tanto, no sabe cuán es el dolor y las ganas de romperme la cabeza contra una piedra, cuando veo semejantes espectáculos que nos hacen quedar en ridículo ante nuestros hermanos de otras naciones. Un prueba fehaciente de esto, a continuación: 


(Abstenerse la audiciencia sensible y se agradece discreción, este video puede contener material sumamente extravagante, grotesco, cochino y ridículo)

Sobre todas las cosas que nos pasaron de mala forma luego de la caída de Marcos Pérez Jiménez, sin duda alguna... el peor candidato a la presidencia tuvo que ser Nicolas Maduro, es que no solo es el hecho de que sea un hombre con tan poca eficiencia política y escaso nivel de liderazgo, es el hecho de que cada vez que sale en la televisión es para cometer una nueva cagada de proporciones bíblicas. Entre errores de geografía venezolana, al catalogar a Margarita y la Guaira como un estado, como al llamar a un fonendoscopio (o estetoscopio) como telescopio (créeme, yo mismo lo escuché), pasando por errores gramaticales graves como el "me proponió", "hay una mitad mayoritaria y una mitad minoritaria", "vi una muchacha ya señora ya" y pare de contar lo que nunca se filmó por televisión y lo de ahora en adelante tendremos que calarnos a este hombre, como mandatario de nuestro pobre país. 

Un hombre es único e irrepetible, quizá pueda recibir influencia de otros, pero el hecho de que el gobierno actual quiera sacar un Chávez versión 2.0 colocando a Maduro en cadena intentando penosamente repetir las mismas frases, hacer los mismos gestos faciales y el movimiento de brazos parecido, es la prueba irrefutable de que en sus cabezas, el relojito que les indica que el chavismo se extingue sin Chávez los tiene bastante preocupados. 


"Yo soy hijo de Chávez" - Patético.


Como dijo un escritor venezolano, al cuál rindo gran respeto y simpatismo: "Si bien es una tragedia que un hombre del escasísimo coeficiente intelectual y del paupérrimo nivel de preparación de Nicolás Maduro sea hoy Presidente de Venezuela, y es una tragedia para éste mencionado país... su victoria significa también una mina de oro para la comedia, y un comediante como yo, no puede hacer otra cosa que frotarse las manos con mórbida fruición ante la cantidad de estupideces que ese hombre va a hacer de ahora en más, hasta su salida"- Ángel David Revilla.

Nicolás Maduro dure lo que dure, pasará por la puerta trasera de la historia venezolana, es casi un hecho... y antes de empezar a llorar por recordar en cara las semejantes pendejadas que nos va a ofrecer éste animal, es bueno sonreír un poco y pensar que quizás las risas en un futuro se provoquen y provengan, de un sector político-gubernamental del cuál nunca antes siquiera imaginamos que nos encontraríamos de la mano del socialismo del siglo XXI.