sábado, 8 de febrero de 2014

La Represa de Aguas Negras.


"Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspectivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas." - Howard Phillips Lovecraft.


I: Origen

Mucho antes de que se exterminase la raza humana para siempre y los Primigenios emergieran desde sus tumbas temporales, el hombre disfrutó de enormes periodos reinando sobre la tierra y un poco más allá de los confines terrestres. Es así, como la especie humana a través del tiempo y la experiencia logró hacer suya la luz del conocimiento, ese conocimiento que luego de tantos siglos de perfección terminaría destruyéndolos a todos, marcando una era donde enormes abismos llenos de horror y locura se abrirían para dar paso un período inimaginable e inentendible para las criaturas inferiores del planeta.

Una vez existió sobre la tierra un lago de proporciones regulares. No lo alimentaba ningún río ni daba origen a algún cause, no emergía de algún hoyo en una roca y se mostraba perfectamente ovalado en todas sus dimensiones; es de subrayar que su antigüedad era incalculable, distintos animales y plantas bebieron y se nutrieron de él, muchas aguas de lluvia en milenios completos cayeron sobre su superficie, fueron muchísimas las especies que habitaron por sus cercanías, nadaron, se reprodujeron entre sus aguas y volaron sobre sus límites..., muchas de estas especies murieron y se extinguieron aquí también. El Lago de Aguas Negras fue testigo de millones de lunas, soles, observador de infinitas estrellas, vida, muerte y la oscuridad de sus aguas quizá fue el reflejo de su ancianidad y profundidad. Este lago se vio rodeado de pequeñas montañas y una zona natural que cambió en numerosas ocasiones dependiendo de la hora por la que traspasase su tiempo, en las primeras eras fue jungla, luego bosque, al extinguirse los grandes reptiles se volvió casi desértico y pasó de sábana a pantano en numerosas ocasiones.

Es así como este lago de circunstancias misteriosas sirvió al hombre justo como a otras especies para su nutrición y desarrollo. Las primeras tribus nómadas, las bárbaras y numerosos ejércitos de imperios diferentes lo utilizaron para distintos confines, el lago aunque dio muchas bendiciones también se cobraba algunas vidas impertinentes de forma enigmática. En esos tiempos nunca se hicieron pesquisas por determinar las desapariciones y en muchísimas ocasiones se le atribuían leyendas a la región lacustre. El hombre prosperó: pueblos, ciudades, metrópolis, centros urbanos y todo lo relacionado con estos seres se difuminó por la tierra y como un gran parásito se reprodujo estrepitosamente por el globo. Años más tarde, el lago fue consumido por aguas de un embalse artificial y por muchas décadas perteneció a una represa de enormes dimensiones, ya no tenía unos cuántos kilómetros de expansión, se volvió una veintena de veces más grande y coloso, ahora el color del lago se apoderó de estas nuevas aguas e invadió el nuevo terreno con su fría, enigmática y antigua apariencia. Devoró hectáreas completas y se apoderó de las montañas de perímetros lejanos. He aquí el inicio del final.

II: Descubrimiento

En la represa nunca nadaba nadie, no es un lugar turístico y está cerrado a la pesca o a cualquier actividad de índole familiar, las razones siempre han sido misteriosas, no es suficiente el hecho de que sea un paraje demasiado silvestre y por lo tanto no recomendable para personas, el rastro se hace borroso por algo que las autoridades ignoran y que la prensa no publica, cualquier individuo que entra sea por paseo o aventura corre el riesgo de perderse por días o incluso semanas, la mayoría de los rescatados terminan en un delirio demoníaco que los hace quedar internados en un manicomio por el resto de sus días, donde solo escapan de tal tormento el día de su descanso mortífero y en el peor de los casos, nunca jamás vuelven a ser vistos. Los psiquiatras del sanatorio concluían casi de manera obstinada que tras los periodos de hambruna y deshidratación expuestos les causaba un daño cerebral grave, que la psicosis no es mas que el resultado final de un gran desgaste fisiológico del organismo, nunca se permitieron entrevistas a los desafortunados que vagaron por el perímetro de las aguas negras, hasta que a finales de Febrero en 2014, mucho tiempo después de que el manicomio fuese cerrado y que se prohibiese el paso definitivo de personas a la represa, incluso mucho tiempo después de que se dejasen de buscar siquiera los restos de hombres que se hubiesen evaporado por los límites de la enfermiza región lacustre, fue hallado un pequeño aparato, grabadora de audio entre cantidad de montes y en contraste con tanta naturaleza. Se desconoce cómo llegó tal artefacto a las manos de los funcionarios de seguridad pero aún así, estos mismos dijeron haberla encontraron a orillas de un sector por donde patrullaban. La grabadora sin batería, fue repuesta en el punto de control más cercano y con oídos puestos en las voces de aquella cinta, se dio inicio a una revelación maldita que haría temblar a todos los que hasta el día de su destrucción, escuchasen el audio grabado.

III:  Las ingenuas voces


-Interferencia radial- Ésta es una grabación de carácter investigativo que se inicia a partir del viernes, tres de Enero del año dos mil catorce a las cinco cero-cero de la mañana -Interferencia radial- Mi nombre es Salustiano Casas, soy profesor de Historial Humanística y Natural; me acompañan Antonio Donante, profesor de Biología y el estimado Javier Mascote, Arquezoólogo de profesión, todos provenimos de la Universidad Experimental de Salem aunque queriendo acotar que la casa de estudios mencionada no forma parte de los objetivos planificados de esta empresa, por lo tanto es nuestra voluntad dejarla a un lado en las responsabilidades que puedan o no atribuírseles en nuestro posible éxito o fracaso. También nos acompañan el señor Luis Barrios ex funcionario de las brigadas especiales de tácticas, superviviencia y rescate y el joven Tobías Torres, fiel conocedor de la regiones que limitan la represa de aguas negras, ambos caballeros han aceptado venir por desempeño laboral y facilitar nuestro paso por el territorio acuífero. 

Sabemos de las políticas prohibitivas del estado para el ingreso de civiles en la represa, utilizamos esta fecha y esta hora por razones estratégicas las cuales fueron elegidas por el señor Barrios para facilitar nuestra escabullida. Vamos de camino tras la dirección del señor Torres quien está a la escucha de nuestras peticiones con respecto a los lugares que queremos ir. Es menester explicar las razones por las que nos encontramos en este viaje y estas son las prioridades: La primera es el estudio de la antiquísima región de la represa desde los puntos de vista biológicos, historico-sociales y culturales. También con fines periodísticos puesto que conocemos bien las desapariciones que se han venido dando los últimos años, si podemos resolver parte de estos enigmas estaremos bastante satisfechos. 

Los hombres caminaron durante horas por la región silvestre, tomando notas en sus cuadernos y muestras diminutas en sus recipientes, era notable el carácter clandestino de sus objetivos puesto que su guía, el joven Tobías Torres era atento en mantenerse alejado de las zonas por donde pasasen patrullas o que estuviesen a la vista de ojos recelosos de la seguridad del entorno. Luis Barrios era el encargado de seguridad y preguntaba con cuidado a "TT" por los caminos que tomaban, aunque el señor Barrios había estado jamás en estas zonas, se tomaba en seria meditación y juicio hasta el mínimo paso que daban, estaba al tanto de las desapariciones pero se mantenía solo a la opción de que el más grande peligro era la naturaleza misma, indomable y mortífera. La voz que hablaba ahora era Javier Mascote.

- La arquezoología nos da un mundo, una historia de leyendas... recuerdo mis años como iniciado en tal arte - Aquí va de nuevo...(dice Donante)- donde tantas cosas nacieron ante mi, que parecía que veinticuatro años habían sido como estar en el vientre de la ignorancia, ajeno a tantas historias a base de los rastros y pistas desperdigados por el tiempo, tantas aventuras esperaban y que aún esperan... 

- ¿En qué parte estamos TT? - preguntaba Barrios a Torres - sé de hace rato que seguías un rastro por donde se ven caminos humanos, el patrón que sigues es muy distinguido pero hace unos cuarenta minutos que no lo veo y no sé en qué dirección nos llevas.

Se escuchaban las excusas del joven Torres haciendo referencias a que el profesor Casas y Mascote querían entrar a los recóndidos más alejados entre las montañas, se ignora qué otro argumentos utilizó, porque las voces que más se escuchaban eran las del profesor de arquezoología hablando sobre leyendas antiguas de tribus humanas del sur, donde el origen de los mitos se perdían con el tiempo.

- ...Es así como desde hace siglos este embalse de agua proporciona fuente de vida a todos los seres vivos, también es origen de cuentos curiosos, ¿no es lo que te interesaba, Casas?

- ¡Por favor! - replicaba el profesor Donante - ¡andar con cuentos y semejantes creencias en este siglo es una contradicción escandalosa!, Casas sabe que vinimos con fines científicos. Si el gobierno o quién sea que esté impidiendo el paso en estos parajes está todavía tan celoso es por la importancia que guarda, estamos aquí por ello, los secretos biológicos que puede tener este recinto pueden tener un valor incalculable... - Sus palabras se tornaron sombrías al pronunciar estas últimas frases.

- Ambos tienen un tanto de razón, - decía el profesor Casas - venimos por fines académico-científicos pero también sociológicos, ¿recuerdan la cantidad de leyendas que surgen de esta zona?, podríamos encontrar rasgos de etnias multiculturales, ¡hasta Napoleón dio de beber aquí a su ejercito, dicen!, se sabe que fue un excelente punto de guarnición para los Aliados a mediados de los 40 en la segund...

- ¡Guerras y escaramuzas del pasado es todo de lo que a ustedes les encanta hablar!, cuando encontremos verdaderos representantes del mundo natural tendrán más tiempo preguntándome de qué se trata tal organismo que de encontrar un pedazo de tela o una cerámica rota. - sentenciaba el biólogo.

Pasaron 3 días hasta adentrarse en la espesa maleza y la noche del seis de Enero acamparon según se presume no muy lejos de las orillas de la playa de la represa, los atrasaba el mal camino de la sábana y las pausas por parte de los estudiosos, que a menudo se detenían para admirar o simple descansar de la extensa y acalorada caminata, eran hombres de libros y de aulas, no de caminos como el señor Barrios, quien secretamente se preguntaba si había sido un error aceptar el trato de ser el responsable de la seguridad de esos parloteadores, nunca se callaban ni pasaban por alto temas de los que él no comprendía un pito.

Esa noche, cuidados por el fuego como único guardián de sus almas, al profesor al Mascote lo despertó un ruido particular que llegó a sus oídos entre la serenidad de su sueño. Parpadeó dos veces antes de bostezar, recordando que estaba sobre un duro piso de matas rodeado solamente de una maya anti mosquitos, su cara apuntaba al fuego aún encendido y antes de entregarse de nuevo a morfeo, escuchó ruidos de una relativa distancia. Cerca. Lo suficientemente cerca como para confirmar que no fuesen los normales coros de la naturaleza en la oscuridad de sus adentros. Cerca como para identificar la similitud que tenían estos rumores, eran murmullos. Murmullos de una voz humana, que dictaba con rapidez palabras en primer momento incomprensibles por la velocidad con que profetizaba su credo. A Mascote le impresionó tal imagen y en silencio se quedó observando para distinguir quién era este extraño individuo. Con la velocidad del viento, como dirigiéndose a seres abominables y extraños, el señor Torres de cara al suelo y las manos extendidas profetizaba súplicas en un lenguaje poco conocido por el arquezoólogo, quien observaba estupefacto el rito tan poco particular y morboso. No se distinguía la cordura entre oraciones y cantos guturales, el señor Torres estaba desnudo de la cintura hacia arriba y tenía tatuajes por hombros, espalda y costados hasta llegar a la región lumbar; las figuras trazadas sobre su piel eran confusas, tentaculosas y oscuras, pero lo que más intrigaba al profesor que lo observaba acostado era el lenguaje demoníaco antiguo:

-  "...Ph'glui mglw' nafh Cthulhu R'lyeh wgh'nagl fhtagn..."

El profesor estuvo a punto de decir algo, sabía que podría ser ofensivo pero sentía que debía intervenir a lo que sea que ese hombre le estaba guardando tributo, pero justo la mano de su compañero, el profesor Casas lo detuvo colocándosela en el hombro y haciendo señal de que no debían molestar. Tras unos minutos de silencio, Torres se vistió y sin darse cuenta que lo observaban se metió a su bolsa de dormir.

- Debemos hablar de esto Casas, si tienes sentido común y recuerdas las antiguas escrituras del Necronomicón sabrás que éste hombre estaba rezando a seres que provienen de antes de nuestro tiempo, no sabíamos que Torres era adepto al culto de las leyendas regionales. No estamos seguros de lo que...

- Amigo mío, tenemos en cuenta que esas no son más que supersticiones de pueblerinos, que el guía sea un creyente de tales cosas no compromete nuestro objetivo científico. Mañana hablaremos de esto. 


IV: Perdidos

Para los integrantes de esta expedición las cosas no habrían tomado un cruce totalmente desprovisto si en la mañana al despertar, TT, el señor Torres no habría desaparecido sin dejar rastro como si se hubiese desintegrado cada átomo de su ser. En la grabación se escuchan discusiones por parte de los integrantes del grupo que no vale la pena relatar, y como es menester en estos casos, el sentimiento de culpa rebota en cada uno de los individuos hasta que las tensiones se ven detonadas en actitudes hostiles.

Interferencia- Al habla el profesor Casas, nuestro guía ha desaparecido de forma misteriosa esta mañana con todas sus pertenencias, no hay...

- ¿Y todavía crees que ese insolente se perdió?, ¡nos ha dejado, Casas! - gritaba a lo lejos el profesor Donante - ¡deja ya esa maldita grabadora y ayúdanos a trazar un plan para salir de esta mierda de lío en el que nos has metido! 

- ...No hay rastro del señor Torres por ningún lado, sus cosas han desaparecido de igual forma, el señor Barrios no encuentra huellas que lancen pistas sobre el camino que pudo haber tomado mientras dormíamos, nos encontramos muy adentro como para simplemente volver por el mismo camino, dado que estamos a unos doscientos metros del lago, improvisar sería perdernos como lo han hecho docenas de infortunados. La situación es mucho más crítica de lo que mis compañeros creen...

- Casas, creo que debemos hablar de lo de anoche ya, es suficiente tanta charlatanería y vista gorda sobre el asunto - Sonaba la voz del arquezoologo.

- ¿Hablar de qué? - preguntaba impaciente el biólogo Donante. Por su parte el señor Barrios escuchaba a lo lejos la conversación tratando de recordar por dónde habían llegado a tal punto desde el día anterior, antes de acampar y dormir esa noche.

- Lo que tratas de explicar son supersticiones sin argumentos sólidos Mascote, solo tenemos que centrarnos en volver por donde vinimos... seguro... seguro el señor Barrios ya tiene el camino en su mente ¿verdad? 

- De hecho profesor, no tengo idea de dónde estamos - Sentenció éste con el semblante serio- y creo que sería mejor para respeto del profesor Donante y mío, que explicaran "eso" de lo que tienen que hablar. Ustedes no fueron los únicos que lo vieron, yo también escuché a Torres anoche con sus rezos...

- ¿Qué rezo?, ¿vieron a Torres abandonarnos anoche y no lo detuvieron?, ¿qué es lo que tienen que explicar? - La voz de Donante ya era clara muestra de pánico.

- ¿Lo explicarás tú o quieres que lo explique yo? 

- No tiene sentido que lo hagas Javier, ya es bastante con que estemos aquí. Esos son cuentos que la gente inventa... vamos, tenemos que caminar, si logramos encontrar el camino de regreso podemos...

- Bien, entonces lo haré yo - respondió rápidamente el profesor Javier Mascote. La grabadora estaba encendida y captando la voz circunspecta del arquezoologo, quien contó lo siguiente.

- No se sabe con exactitud, de hecho nadie tiene idea de cuándo datan las primeras desapariciones... algunos dicen que principios del siglo XX, pero se sabe que en las invasiones napoleónicas, incluso mucho antes, por mediados de mil seiscientos, grupos de gentes de toda índole: viajeros, comerciantes, familias enteras se extraviaban de forma misteriosa en un lago de proporciones medianas que se encontraba por estos parajes. La lista de desaparecidos son docenas, desde hace más de trescientos años han ocurrido hechos verdaderamente extraños, la gente simplemente se esfumaba y jamás se le volvía a ver. Hubo en muy pocas ocasiones donde se encontraban personas moribundas, ajenas a buen resultado de todo tipo de interrogatorios, hablaban de cultos y muerte, sangre y demonios, suficiente charlatanería como para montar una biblia nueva; pero los locos eran lo de menos, muchas veces se encontraban restos de hogueras con lo que se presumía restos humanos, cabezas apiladas y apéndices cercenados. Nunca se encontraron a los culpables y la región del lago fue prohibida al público. Años más tarde a pesar de que las autoridades habían negado el paso a los civíles se seguían desapareciendo personas en las ciudades de los alrededores, nunca jamás volvían a ser vistos, o eran los pocos que encontraban locos de remate, agonizantes y gritando sobre ritos y sacrificios, sobre cantos y rezos a dioses mucho más antiguos que la historia de la humanidad, estos seres eran alabados por cultos oscuros y endemoniados, los Tcho-Tcho sacrificaban las almas de los impuros para alimentar la sed de Cthulhu, Nyarlathotep y hasta el infame Azathoth, señor de los abismos interestelares. El estado en una medida desesperada de la mano con la presidencia inundó toda la zona conocida, la excusa fue de crear una represa hidroeléctrica pero, ¿has visto alguna planta alguna vez por estos parajes?, ¿o trabajadores del oficio?, hace cincuenta años que la represa está supuestamente en funcionamiento. En fin, la seguridad las últimas décadas ha sido reforzada significativamente pero hay quienes dicen que el culto todavía se encuentra activo, buscando cómo saciar la sed de los monstruos a los cuales le rinden ofrendas sangrientas. 

Luego de que el profesor hablase, todos quedaron mudos por unos segundos interminables, la grabadora solo captaba el sonido de la naturaleza de fondo. Antonio Donante tomó por el cuello al profesor Casas y lo sacudía con violencia mientras le gritaba juramentos y recriminaciones.

- ¿¡En qué mierda nos has metido hijo de puta!?, ¡¿sabes al menos en dónde coño estamos?!, ¡ni la universidad, ni nuestras familias saben que  estamos aquí... debería matarte ahora mismo antes de que lo hagan esos locos!

- ¡¿No dijiste hace días que creer en semejantes cuentos era una contradicción moralista por parte nuestra?!, ¡veo que eres bastante impresionable Donante, asustado por cuentos de niños! - Respondía en su defensa el profesor Casas

- ¡No se trata de los dioses o de los mitos, imbécil... hay un culto en esta sábana con ideas locas en la cabeza que va a querer matarnos! 

- ¡El culto también forma parte de los mitos!, ¡y hasta donde se sabe los restos de los cuerpos nunca fueron confirmados por parte de la prensa o por algún personal médico en el país!. Caballeros, sé que la situación es comprometedora... estamos en una región salvaje y nuestro guía nos ha dejado, pero no hay que dejar que el miedo nos haga sucumbir ante ideas sacadas de sensacionalismo, no tenemos pruebas de que el señor Torres forme parte de un...

- Casas, sabes tan bien como yo que sino existe un culto como el de los mitos, mínimo estamos en grave peligro aquí y ahora mismo. Además, ¿que no tenemos pruebas?, ¿y entonces qué eran esos rezos extraños por parte de Torres anoche en la madrugada, por qué escuchamos sus cantos en una lengua alejada de toda las sociedades actuales?, sabes muy bien que estaba rezando en el idioma prohibido expuesto en el Necronomicón. Ese libro tiene muchas rarezas, tú y yo lo hemos estudiado bastante y tenemos una idea vaga de a qué entidad estaba rezando Torres anoche. Señor Barrios, necesitamos sugerencias de cómo salir de aquí inmediatamente, estamos a tres días caminando de la carretera pero creo que duraremos menos si apresuramos el paso ya que... 

Los tres profesores no recibieron respuesta verbal del señor Barrios. Al voltear, éste estaba de espaldas a ellos, cargando su calibre .45 y sosteniéndola con fuerza en una mano. Nadie iba a matarlo, nadie iba a acercársele, no al menos sin recibir dos agujeros en el pecho. 


V: Escape

Tomaron un camino por el que creían que habían venido y se dispusieron a caminar esperando que recordasen la ruta de vuelta. No lo encontraron. A veces creían haber dado con el camino correcto, pero entonces encontraban un árbol característico que habían pasado una hora o dos antes, ¿o era la primera vez que lo veían?, para Barrios la situación era crítica pero se mostraba taciturno y paciente, confiaba en su calma para salir del lugar pero le preocupaba que los otros tres perdieran la cordura antes de tiempo. 

Se movieron la mayoría de la tarde con el sol a sus espaldas, ya cuando eran las seis y la luz empezaba a agonizar quisieron tomar decisiones sobre lo que harían a continuación, sobre cómo abordar la noche en un ambiente hostil y aún no creyendo del todo en los mitos, su mente les hacía sentir temor de que algo o alguien pudiese saltar desde las sombras con sabe dios qué tipo de intenciones. Se disputaban entre seguir caminando o acampar, al final optaron por detenerse, caminar a ciegas no les habría servido de nada. La grabadora se inició a poco después de las ocho de la noche. 

- Son las ocho quince minutos de la noche del siete de Enero, hace una hora acampamos luego de que se decidiera por mayoría quedarnos aquí entre los árboles antes de seguir caminando sin ningún tipo de luz como guía. Donante insistía en seguir caminando, es obvio que tiene los nervios de punta y dentro de poco entrará en pánico. Hubiese deseado que Mascote no hubiese dicho nada. Todos estamos muy nerviosos con respecto a la desaparición del señor Torres, sea porque se haya esfumado o porque nos haya abandonado. 

Mientras el profesor Casas hablaba al aparato, Mascote y Barrios conversaban sobre la ruta que debían seguir la mañana siguiente, ambos daban opciones con poca seguridad, esperando a que el otro diese mejores alternativas, era obvio que estaban en medio de la nada, al menos habían dejado la playa hacia unas cinco horas atrás, lo poco que habrían caminado sería mejor si iban en dirección contraria al agua, donde tendrían más oportunidades de salir de la zona.

El biólogo, Antonio Donante, se encontraba solo a un lado de la fogata cubierto entre sábanas con la mirada tensa y atento a los ruidos que se escuchasen, la paranoia se hacía dueña de su mente, sus cejas arqueadas y con el ceño fruncido casi no parpadeaba. Las voces de sus conocidos se escuchaban a lo lejos, el sudor frío le perlaba la frente, era un hombre impresionable ante tales tópicos y entonces, no por producto de sugestión sino de sus sentidos afinados, entre la maleza vio ojos. Podría haber sido cualquier cosa, pero es menester repetir que sí eran ojos los que lo observaban desde la oscuridad, el horror se apoderó del biólogo quien se levantó presa del pánico pero no articulaba ninguna frase, solo sílabas incomprensibles mientras veía que se dibujaba una sonrisa en el ennegrecido entorno, y al lado de esta, en toda la mancha oscura y desconocida la cual la luz no podía llegar se dibujaron otros rostros retorcidos, de distintas contorsiones, todos grotescos, no parecían pertenecer a ninguna raza conocida y fue cuando el grito alertó a los otros tres que estaban ocupados en sus divagaciones.

- ¡¿Qué es eso!? - gritó el profesor Mascote dándose cuenta del espectáculo que se mostraba a unos metros de distancia.

- Que se apiaden de nuestras almas - Fue lo único que pudo argumentar Casas mientras se levantaba y observaba a su alrededor, decenas de rostros rodeaban el pequeño campamento.

- ¡Aléjese de ahí Donante, retroceda!... ¿¡quiénes son ustedes!? ¡muéstrense, estoy armado, salgan ahora donde pueda verlos todos! 

 Pero se arrepentiría Barrios de exigir tales acciones, porque fue justamente lo que estos seres hicieron. Salieron de la sombra seres lampiños de baja estatura, tatuados en todas las contorsiones posibles, desnudos y en cuatro patas excitados por los gritos del hombre que sostenía su arma dudando a qué apuntar primero.

Las bestias corrieron hacia los desgraciados hombres que aún dudaban entre correr o pelear, las detonaciones de la pistola hicieron múltiples ecos por kilómetros completos en la región. Dos de los seres saltaron sobre Donante quien no le dio tiempo de reaccionar, Barrios accionó su arma contra estos dos quienes cayeron a plomo retorciéndose entre su sangre y quejidos llenos de juramentos en otro idioma. Entonces fue cuando otros fueron tras el señor Barrios quien siguió disparando y derribó otros tres, Mascote ayudó a levantarse a Donante quien estaba hecho un manojo de nervios y Casas corrió hacia la fogata y tomó un trozo como antorcha para defenderse, justo al levantarlo lo invistieron como un animal, Casas cayó al suelo forcejeando contra su adversario, el señor Barrios accionó su gatillo otra vez pero el cargador se encontraba vacío y el de repuesto estaba en la mochila.

Mascote tomó la mochila y corrió con la grabadora la cual se mantenía captando los sonidos de la escaramuza, los gritos de los seres eran espeluznantes, alaridos guturales y chillidos salían de sus gargantas. Casas alcanzó una piedra y la estrelló múltiples veces contra la cabeza de su agresor y al levantarse echó a correr a los matorrales, pasó por delante de Mascote y se perdió entre la negrura. Mascote antes de seguirlo vio cuando los esbirros arrastraban a Donante hacia el otro extremo de las sombras y cómo mordían, desgarraban con sus dientes y tragaban los trozos de la carne de Barrios quien gritaba por encontrarse vivo.

Mascote corrió por donde creyó que había ido Casas y alcanzó a éste unos segundos después, ambos se introdujeron  entre las raíces salientes de un árbol empinado y aguardaron silenciosos conteniendo el aliento. No muy lejos se escuchaban los gritos desesperados de Barrios y Donante, nunca más se sabría algo de ellos.


VI: Sin salida

- Al habla el profesor Javier Mascote, licenciado en Arquezoología. No voy a mencionar los hechos tan horrorosos que vivimos la noche pasada, queda a testimonio y criterio de los que escuchen las grabaciones que no se detuvieron en ningún momento. El señor Barrios y el profesor Donante están desaparecidos, probablemente muertos, quizá es mejor lo segundo; es mejor muertos que estar siendo acechados por una tribu de salvajes que guardan pactos con demonios inimaginables.  Son aproximadamente las cinco de la tarde del ocho de Enero. El profesor Casas ha perdido la razón, está delirando y prendido en fiebre, anoche lo han mordido en la huida de las bestias, no va a vivir mucho tiempo y yo, que he caminado arrastrándolo por este paraje  he perdido la esperanza de salir, luego de toda una madrugada escapando de esos monstruos y del día buscando la carretera de regreso hemos llegado al mismo sitio donde empezamos, al borde de la represa donde Torres hace dos días nos entregó en bandeja de plata. Parece que los malditos solo atacan de noche, cuando muere el sol y la noche envuelve la región, no me quedan más que unas horas de luz y a esta grabadora ya no le quedan baterías para seguir almacenando sonidos, quizá es mejor así. Estoy pensando seriamente en acabar mi vida antes de que esos seres me atrapen, no quiero imaginar la clase de martirio que tuvieron que pasar nuestros dos compañeros antes de ser sacrificados. Las leyendas son ciertas, nuestras vidas han sido tomadas como ejemplo. Debo inventar un modo para que esta grabación llegue a las manos correctas, se podrí...

Y la grabadora dejó de funcionar.




Epílogo

Un grupo de Jóvenes arrastrados por su espíritu aventurero han querido pasar unos días dentro de la temida región de la Represa de Aguas Negras. Tienen lo necesario para acampar unos días en la zona seducidos por el extraño paraje prohibido para cualquier persona, han contratado a un guía que les ha prometido llevarlos con seguridad por los rincones que ellos participen, él dice gozar de mucha experiencia en esos campos. El nombre del guía es Tobías Torres, aunque pueden llamarlo "TT", quien ha mencionado que conoce el lugar como la palma de su mano.








Agradecimientos infinitos a @Hyperinvincible por ayuda en detalles de este cuento.